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CRISANTEMOS


Texto para la exposición solidaria ARTISTAS POR UCRANIA organizada por Anabel Ribadas

El 21 de octubre de 1967, una marcha convocada por el Comité Nacional de Movilización para Poner Fin al la Guerra en Vietnam reunió a más de 100.000 personas que se dirigieron hacia las instalaciones del Pentágono para manifestar el rechazo contra una guerra que ya duraba demasiado y con miles de bajas por ambos bandos. Una joven de 17 años, Jan Rose Kasmir, decidió unirse a la multitud casi en el último instante, y se convirtió en la protagonista de una icónica fotografía tomada por el fotógrafo francés Marc Ribaud en la que la joven, tan solo “armada” con una flor de crisantemo, se planta ante un formidable escuadrón de bayonetas que cierra el paso a los activistas. Kasmir reflexiona sobre este episodio en sus memorias y manifiesta como “la necesidad de participar en estas marchas por la paz estaba infundida en su corazón, su mente y su ADN”.

Cabe pensar que, ante la terrible contundencia de las armas, el insignificante gesto de la Chica de la Flor es un acontecimiento irrelevante, un ingenio susurro apenas audible ante el brutal estruendo de la destrucción. La escala a la que se diseñan las estrategias bélicas y se libran estas cruentas batallas está tan alejada de lo cotidiano, que cuesta imaginar cómo algo tan pequeño y banal como pueda servir para simbolizar el valor que adquieren los gestos para desmontar el discurso de odio que impregna cualquier guerra. Los artífices de la guerra temen más que nada al clamor silencioso de aquellos que, anteponiéndose al miedo, se levantan con decisión y solemnidad ante la injusticia y sinrazón de cualquier conflicto bélico.

En los días que siguieron a la invasión de Ucrania, se sucedieron las iniciativas de solidaridad desde distintos ámbitos de la cultura y de la sociedad, con el objetivo de aliviar el sufrimiento de un pueblo que es víctima y rehén de una vergonzosa e inhumana ambición. Al igual que la Chica de la Flor, la respuesta a los distintos llamamientos ha sido espontánea y generosa, compelidos, no solo por la necesidad de infundir esperanza y alivio a quienes están siendo directamente golpeados, también que para demostrar el rechazo ante tanta barbaridad tendremos que plantarnos ante los cañones con un crisantemo.

Jan Rose Kasmir Facing the Pentagon and Guns, Washington, 1967 Marc Riboud